Apertura, exterioridad y alianzas ‣ Bitácora de Julio César Mondragón

Bitácora de la sesión del 8 de febrero de 2013. Texto estudiado: Ernesto Laclau y Chantal Mouffe,Hegemonía y estrategia socialista, Hacia una radicalización de la democracia, Madrid, Siglo XXI, 1987, capítulo 2.
Versión de Julio César Mondragón García

Sesión de preguntas:
En esta ocasión, la clase tuvo una interesante participación por parte de los alumnos en lo que a las preguntas sobre el texto se refiere, por lo cual mencionaré algunas de las preguntas formuladas en clase.
  • ¿Cuál es la razón de que la burguesía relegue sus acciones para la consolidación de la revolución al Proletariado?
Para responder a esto, el profesor afirmó que se tiene que realizar un análisis económico profundo para así demostrar la razón de que la burguesía —en este caso específico, la rusa— no cumplió con su «tarea histórica» y tuvo que ser relevada por el proletariado, siendo este proceso descartado por los autores quienes están más interesados en la acción del proletariado y por lo tanto dejan un poco de lado a la acción burguesa. Posterior a esto se planteó una pregunta que resulta más difícil de responder y es ¿por qué el proletariado hizo la tarea de la burguesía? Dicha pregunta sólo fue planteada para su conocimiento, pero no para su resolución, al menos no inmediata.
  • ¿Qué diferencia hay entre “clase en sí” y “clase para sí”?
Para su respuesta, el profesor planteó otra: ¿por qué un niño no puede votar? La respuesta se encuentra en el hecho de que la razón del adulto es “para sí” y la razón del niño aún es “en sí”; dicho de otra forma la “razón en sí” es una potencialidad de la “razón para sí”, por lo tanto la “clase para sí” es aquella que ya ha desarrollado sus potencialidades.
  • ¿Existe el proletariado en sí?
En este caso se propuso un ejemplo y este es acerca de una semilla de árbol: esta semilla puede ser un hermoso árbol, si tiene los cuidados necesarios, pero si no los tiene es imposible saber si podía ser un árbol hermoso. Es lo mismo con una clase. Una clase no consolidada no tiene forma de saber si se consolida, sólo cuando se consolide lo podrá saber, pero antes no. La diferencia con la semilla del árbol radica en que, si tienes una semilla, puedes tener otras iguales y por una que se siembre, se puede saber que las demás en efecto pueden transformarse en hermosos árboles, caso que no sucede con las clases pues no hay ningún referente previo, cada clase es en cierto sentido única.

Terminada la sesión de preguntas se comenzó con la clase la cual se dividió en cuatro puntos de los cuales se trataron tres.
  1. Fijación y apertura
  2. Desplazamiento hacia la exterioridad
  3. Alternativa de las alianzas
  4. Dificultades del planteamiento (pendiente)

1. Fijación y Apertura


Sutura es un concepto muy utilizado por parte de los autores, y este es definido como un espacio abierto que busca ser cerrado, por esto es que está “suturándose”; sin embargo, es en este espacio abierto en el cual se da la interacción entre los elementos que son el objeto de la sutura y no posee sentido por sí mismo, sólo puede obtener sentido gracias a los elementos que articula.

La sutura que es clausurada implica una sociedad sin conflicto social, ya que solo en el espacio abierto se pueden dar los conflictos sociales pues es donde se suscitan los cambios; sin embargo, es imposible la sutura total dado que la sociedad se compone de antagonismos necesarios.

La sutura hegemónica es entonces un espacio donde se encuentra una continua negociación de intereses no pre-existentes y que responden al momento hegemónico. Si se habla de una determinación en última instancia no negociable, donde tenemos la base y la superestructura, ¿qué relación existe entre estos dos términos? En el caso marxista se entiende que hay una determinación económica sobre la política e ideología lo que es en sí la determinación en última instancia, por lo cual surge una pregunta: ¿cómo las acciones que se supone están determinadas en última instancia, pueden cambiar el sistema económico? La respuesta a la que se puede llegar es simple y es que la economía no determina algo en última instancia.

¿Qué es eso que no es determinado (y sobre lo que ejerce su efecto la determinación en última instancia)? Esta indeterminación es la que interesa en la lectura y su nombre es “sutura”.

2. Desplazamiento hacia la exterioridad


Durante la segunda internacional, se plantea una problemática ante la interpretación de la determinación en última instancia la cual implica que uno se comporta según su clase: si se es burgués, se actúa como burgués. Conlleva las tres leyes del capitalismo, cuya formulación economicista —paradójicamente— explican más bien la caída del socialismo real, pues justo como se esperaba del capitalismo este colapsó por sí solo.

Así pues existe controversia ante la forma en que se puede llegar al socialismo siendo la norma pasar del feudalismo al capitalismo y sólo entonces al socialismo. La exterioridad de los intereses del proletariado se da cuando el proletariado asume acciones que no le corresponden a su clase. Las anormalidades o contingencias hacen referencia a las ocasiones en que un grupo social asume un papel que no le corresponde, debido a que a quien le corresponde no realiza su tarea histórica, hecho que sucedió con la revolución socialista rusa en donde el proletariado asume las responsabilidades de la burguesía, es decir, realizan la democratización del estado, pero sólo de forma momentánea pues el objetivo del proletariado es la propiedad colectiva de los medios de producción.

3. Alianzas


Si cada grupo social posee una identidad social inamovible, y el proletariado siempre será proletariado y siempre tendrá sus propios intereses, entonces ¿cómo es posible la unión entre los trabajadores asalariados y los campesinos, si claramente poseen distintos objetivos?

Existen dos formas imaginables de vinculación: por un lado, la forma autoritaria, en la cual se impone a los campesinos la idea de que sus intereses son los mismos que los de los asalariados. De esta manera, el grupo dominante «le da atole con el dedo» al subordinado haciéndole creer que sus interés (los del grupo dominante) son los mismos que los suyos.

Otra opción es la forma democrática: el grupo dominante está preocupado por los intereses del grupo subordinado y tiene una fe y voluntad enorme y tratará entonces de cumplir con las expectativas de aquellos grupos que están bajo su protección.

Sin embargo, la clase hegemónica ya no puede identificarse con una clase social; es por eso que la política no puede ser una verdadera representación de la sociedad.

Así pues, la práctica más obvia para conseguir alianzas es la autoritaria, o al menos es la más prometedora cuando existe dentro de la clase hegemónica un grupo de vanguardia que le dirige: tal grupo es el que conoce lo que toda la clase quiere. Basta tener fe en esta vanguardia que se llamara Partido y el Partido tomará representación en el Estado por lo cual solo hay que tenerle fe absoluta al Estado quien es el que posee toda la verdad y conoce lo que el grupo hegemónico y a su vez los grupos aliados necesitan.

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