Equilibrio y relaciones de fuerzas: la guerra de posición ‣ Bitácora de Julio César Mondragón

Bitácora de la clase del 8 de marzo de 2013 sobre el texto de Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno, Buenos Aires, Nueva Visión, 1972, Capítulo 1, pp.71-138. Versión de Julio César Mondragón García


Como es ya regular, esta sesión inició con la solución o el intento de solucionar en algunos casos, las preguntas generadas por los alumnos; algunas de estas preguntas y su respectiva respuesta se presenta a continuación.

¿Qué es la revolución permanente? El profesor indicó al inicio de su argumentación, que no poseía los medios para contestar dicha pregunta de una forma exacta, pero que podía ofrecer algunas conjeturas. Este término es ya empleado por Marx, pero quien lo desarrolla es Trotsky. Refiere, a grandes rasgos, a que la revolución socialista no puede quedarse solo en un país, sino que esta tiene que alcanzar el nivel mundial, es por esto que es permanente, hasta que logra la unificación del mundo bajo el sistema socialista.

A continuación  se presentaron una serie de preguntas difíciles de recordar; sin embargo, el profesor adelantó un poco de la exposición de la clase y habló sobre las batallas políticas y acerca de que una batalla, como en el caso de la guerra, no solamente es militar sino que también es política y esto se debe a que el ejército contrario debe afirmar su posibilidad de victoria y a la vez, recalcar la derrota del enemigo y aún más importante, hacer creer al enemigo, que estos perderán.

Inmediatamente después, el profesor indicó que una confrontación política supone una forma de violencia, dado que esta última ayuda a reafirmar la primera: es decir, la violencia (implícita o explícita) sostiene las ideas políticas.

El profesor planteo una pregunta  y esta fue ¿por qué cuestionamos la democracia? Esto es debido a que «vale» lo mismo el voto de un analfabeta como el de una persona que toda su vida ha estudiado la actividad política. Esta es la llamada “democracia formal” además el descontento por este tipo de democracia aumenta como en el caso de que alguien vendiera su voto por una tarjeta de víveres. Su voto es igual de importante que el de aquellos que sabían qué clase de monstruo era tal o cual candidato presidencial, como los «informados» del movimiento Yo soy 132; sin embargo, es torpe el creer que las personas que vendieron su voto, lo hicieron de forma instantánea o mejor dicho sin razón alguna o por una ocurrencia. Es necesario conocer la serie de condiciones que condujeron a la victoria de un candidato. Esto es en esencia lo que se debe analizar y no el hecho de que el voto de un miembro informado del 132 valga lo mismo que el de alguien que vendió su voto por una tarjeta.

Terminada la sesión de preguntas, se inició con la exposición correspondiente a la lectura de ese día, la clase se dividió en tres apartados, y estos son:
  1. Recapitulación del economicismo
  2. La política como deber ser
  3. Las relaciones de fuerza

1. Recapitulación del economicismo


El economicismo indica que tanto el desarrollo económico como el histórico, están condicionados por la producción lo que a su vez indicaría que en cada crisis económica se suscitaría una crisis social; sin embargo, y es visible en la actualidad, puede suceder una crisis económica, pero el que de forma inmediata surja una crisis social no es necesario o por decirlo de otra forma “regular”.

El economicismo muestra según Gramsci, que las relaciones sociales no son naturales y esta no naturalidad puede verse reflejada en que  a pesar de que nosotros poseemos ciertas ideas de cómo se debe organizar las personas socialmente no son las mismas ideas que se tenían anteriormente y esto se debe a una confrontación de índole económico-ideológica.

Es en el ámbito de las ideologías, en la superestructura, donde uno puede adquirir conciencia de la no naturalidad; es incluso aquí donde se cree se debe hacer el mayor énfasis en la educación.

Aquello que nosotros hacemos y lo que decimos que creemos, posee una no correspondencia. Si existe esta discrepancia entre la superestructura y la estructura hay que explicarla ya que esta diferencia nos llevaría a algún absurdo. Así Gramsci dice que este decir lo que creo, permite el fundamento de una nueva praxis ya que de lo contrario, puede afirmarse que la superestructura es una ilusión.

2. La política como deber ser


Maquiavelo debe ser considerado no como un idealista político, sino como un “realista político” gracias a que de alguna forma, él es «objetivo» con el presente  pero no solamente lo es en el presente, el buen realista político debe ser objetivo tanto en el presente como en el pasado e incluso en el futuro, es decir citando un dicho popular, “ya sabe de qué lado masca la iguana”.

Se puede ser «objetivo» respecto al futuro gracias a que se tiene el don de previsión, es decir, concebir una serie de medidas para lo que pudiera acontecer en el futuro y estas medidas se implementarán en el presente, es decir que lo que se implemente en el presente condiciona de cierta forma el futuro. El político realista supone una «estabilidad», mas no en el sentido de que el presente es estático. Las personas proyectan su vida con base en esta estabilidad por lo cual surge la duda ¿en qué consiste la estabilidad política?
La estabilidad se logra gracias a un equilibrio de fuerzas, el político realista que se basa precisamente en «lo real» presupone la existencia de un equilibrio de fuerzas y por lo tanto sabe que la estabilidad política no es eso, si no que mejor dicho se trata de un equilibrio de las fuerzas políticas (sobre la cual incide su actuar).

Hay dos expresiones según Gramsci de maquiavelismo moderno, y estas son el «cesarismo» y «la lucha política como una guerra».

Cesarismo: el cesarismo básicamente indica que en una confrontación de A contra B, puede ganar ya sea A o B y la ganadora absorberá a la perdedora generando así una Ab o Ba, pero también cabe la posibilidad de que ambas se debiliten hasta el extremo de ser vulnerables, y es en esta vulnerabilidad que aparece C y es esta quien se queda con todo y absorbe tanto a la  A como a la B.

La lucha política como una guerra. Esta es entendida en tres partes y son:
  1. La guerra de maniobra que puede ser entendida como en el caso de las huelgas. Este método es de estrategia, pero en la actualidad ya no es funcional.
  2. Guerra de posición (o de trincheras) la cual se puede ejemplificar con el boicot.
  3. La guerra subterránea, la cual se refiere a la obtención de recursos y la acción mediante actos ilegales.

En la sociedad actual, la mejor acción política es la de “la guerra de trincheras”. Transportada a la lucha socialista, la crisis económica sería para Rosa Luxemburg el equivalente de un rompimiento de las filas enemigas: un boquete en la estructura del capital que puede ser invadido por el movimiento socialista el cual utilizaría una “trinchera” que le perteneció al capitalismo. Sin embargo, el ocupar una trinchera no asegura la victoria en la guerra, incluso esta trinchera puede ser recuperada por lo que resulta en una batalla de desgaste.

3. Las relaciones de fuerza


Ninguna sociedad se propone logros para cuya solución no tenga ya las condiciones o esté a punto de generar estas condiciones. Ninguna sociedad desaparece y se sustituye si esta no se ha desarrollado totalmente. Esto quiere decir que el equilibrio existente debe alcanzar todas sus posibilidades y una vez alcanzadas estas, puede cambiar de equilibrio. El cambio de equilibrio solo puede darse cuando se agitan las ideas de la organización social que son de sentido común, estas ideas más que cambiar en su totalidad, se adaptan al nuevo sistema de equilibrio.

Así el cambio necesita que se creen las condiciones necesarias para el cambio pues no se puede solo esperar el cambio ya que si solo se espera este no sucederá. Las condiciones para el cambio pueden ser considerados cambios culturales, y los cambios culturales en su conjunto logran el cambio orgánico que busca la ciencia política. La ciencia política no solo busca el cambio orgánico sino que también cuida las coyunturas que ayudan a este cambio.

Momentos de relaciones de fuerza (momentos en sentido hegeliano, es decir, no como periodos de tiempo):
  1. Las relaciones de fuerza sociales siempre están ligadas a la estructura y están en función de los grupos sociales; sin embargo, no hay relación inmediata directa con los grupos.
  2. La valoración del grado de homogeneidad de los diversos grupos sociales, es decir, conocer el grado de homogeneidad del equilibrio y se divide a su vez en tres grupos:
    1. Económico-corporativo en el cual dos individuos de un mismo grupo social forman un grupo corporativo, como cuando los comerciantes se unen.
    2. Solidaridad de intereses económicos, es cuando se unen dos grupos que en principio son socialmente distintos sin embargo hay una solidaridad cuando tienen un interés en común tal sería el caso de los empresarios mineros, se unen con los grandes productores para impulsar a un candidato político.
    3. Conciencia de que los propios intereses económicos superan los intereses de la corporación y estos a su vez deben convertirse en los intereses de otros grupos como unidad, pensando en el caso del proletariado y el campesinado ya que sus intereses corporativos son distintos, pero es el proletariado quien se impone y el campesinado absorbe como propios los intereses del proletariado.
  3. Relación de fuerza de orden militar, ya que se requiere la pasividad y disgregación de lo civil, y se cita a Gramsci diciendo “una nación oprimida no puede esperar a que se le permita obtener un ejército propio”.

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