Žižek, La sobreidentificación como resistencia ‣ Bitácora de Aldo González

Bitácora de la sesión del 26 de abril de 2013. Texto estudiado: Slavoj Žižek «Da capo senza Fine» en Judith Butler, Ernesto Laclau, Slavoj Žižek, Contingencia, hegemonía, universalidad, Buenos Aires, FCE, 2000, pp.215-262. Versión de Aldo Uriel González Garrido


La clase comienza, después de una larga serie de aclaraciones sobre el trabajo final, con una duda acerca de “la cuestión no resuelta de la historicidad de la aserción misma del historicismo/contingencia en el edificio teórico de Laclau”. El maestro responde que este tipo de teorías historicistas contingentes llegan a la conclusión de que no hay un fundamento último de la sociedad, que significa cómo cada sociedad ve cada momento histórico desde su perspectiva propia. Laclau y Butler parten de un postulado historicista sin pensar en las condiciones de posibilidad del historicismo mismo: en este caso, cuando hace una equivalencia entre el historicismo de Laclau y de Butler, afirma Žižek que este historicismo es “multiculturalista” y que por lo mismo están fallando en cuestionar los elemento de este multiculturalismo, que son la democracia liberal que se desarrolla en el capitalismo.

La siguiente duda es “universalidad sin traducción”. Por traducción se refiere al concepto de “traducción cultural” desarrollado por Butler, el cual significa que los postulados de cierto grupo para ser puestos en un nivel más universal requieren ser traducidos a términos del otro grupo.

Y también se señala un párrafo que dice: “ante estas aseveraciones me veo tentado a afirmar, al contrario, que cada concepto de universalidad emerge como consecuencia de que cada cultura en particular nunca es, forzosamente y por razones a priori, simplemente particular, sino que siempre ya en sí misma atraviesa las barreras lingüísticas que reivindica”. Esto significa que, bajo la perspectiva de Žižek,  Laclau y de Butler piensan que toda universalidad esta manchada de particularidad. Ahora Žižek lo lee al revés: toda forma particular ya esta manchada de universalidad, lo cual significa que toda reivindicación particular no es absolutamente particular, sino que apela a ciertos conceptos universales.

La siguiente es la pregunta ¿qué es la transgresión inherente? La transgresión inherente implica dos movimientos: entender qué significa el poder y que el poder requiere una suerte de distancia consigo mismo. Para que una estructura de poder funcione requiere que el conjunto social se identifiquen con esa estructura de poder. La pregunta que se hacen estos tres autores es cómo desarticular una estructura de poder. Esta resistencia al poder, según Butler, requiere una desidentificacion. El problema es que el proceso de desidentificación requiere un proceso de desubjetivacion, porque el sujeto se constituye a partir de la identificación. Entonces, el proceso de desidentificacion implica volverse nada. Esta es la crítica de Žižek: una reidentificacion no cambia la estructura de poder, o sea, no va a la raíz del problema, porque no está cambiando verdaderamente el proceso de subjetivación.

Entonces, ante la pregunta de cómo resistirse al poder, Butler y Laclau apostarán por una identificacion mientras que Žižek hace un malabarismo teórico de la siguiente manera: en lugar de que el poder consista en los individuos identificándose con una estructura, dentro del propio poder hay un factor de inestabilidad, que Žižek denomina transgresión inherente. Esta consiste en sobreidentificarse, lo cual significa tomar literalmente lo que afirma la estructura de poder, ya que de esta manera queda al desnudo la estructura misma de dominación. Esta sobreidentificacion que se basa en la transgresión inherente, es decir la posibilidad misma de la sobreidentificacion radica en la estructura propia del poder que requiere una brecha entre el sujeto que se identifica y la identificación, y ese es el concepto de transgresión inherente.

La siguiente duda que surge es cuando Žižek critica a Butler, ya que esta plantea que la diferencia sexual es contingente, a lo cual Žižek responde que no es contingente pero tampoco es sólo biológica. Esto quiere decir que la diferencia sexual no se determina únicamente por la diferencia biológica, porque el modo de ser estructurado históricamente también la determina.

Después de la ronda de preguntas, se exponen dos cuestiones. En primer lugar el terreno mismo que están disputando Laclau Butler y Žižek y en segundo lugar la cuestión de la resistencia.

Para comenzar, lo que se plantea Žižek es pensar cuáles son las diferencias entre su perspectiva y las de Butler y Laclau, en qué concuerdan y qué es lo que ocasiona esto. Ante esto, dice Žižek, es necesario reiterar las diferencias. Y esto significa que no se trata de un perspectivismo que supone que un sujeto tiene una cierta perspectiva de un objeto mientras que otro sujeto tiene una distinta de ese mismo objeto, sino que el marco de referencia ya está construyendo el objeto del cual es posible hablar. Conforme a esto Žižek señala que las perspectivas de los autores a pesar de tener coincidencias, están postuladas en un marco conceptual distinto. Lo que sugiere que para poder discutir de un objeto tenemos que distinguir que es uno el objeto, o sea un marco conceptual compartido. Entonces, cuando Žižek habla de reiterar las diferencias se refiere a que a él lo que le interesa no es encontrar las afinidades como mostrar en qué consisten las diferencias. La primera marca de diferencia será así la referente a la lectura que le dan los autores a la relación entre universalidad y particularidad y la segunda es la diferencia es el modo de concebir la posibilidad de resistencia a las estructuras de poder.

Es aquí cuando Zizek señala que el peligro de la reidentificacion múltiple contingente que proponen Laclau y Butler radica en que ese mismo juego de poder justifica el propio sistema. Conforme a esto y ya en términos sociales, la propuesta de una democracia radical termina legitimando el sistema económico capitalista. ¿Por qué lo justifica? Porque si hay cabida para los matrimonios homosexuales, si hay cabida para los movimientos en pro de los indígenas y de los derechos de los migrantes, no hay por qué cambiar este sistema capitalista, dado que en este sistema es donde se permite la lucha en pro de las mujeres, en donde todos somos escuchados por los medios de comunicación, en donde cualquiera puede llegar a ser millonario. ¿Cuál es entonces el problema con este sistema?

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