Maquiavelo como revolucionario ‣ Bitácora de Melisa Aguilar

Bitácora de la sesión del 6 de marzo de 2013. Texto revisado: Antonio Gramsci, Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno, Buenos Aires, Nueva Visión, 1972, Capítulo 1, pp.9-70. Versión de Melisa Aguilar Quevedo

Para comenzar la clase se retomó el punto faltante de la sesión anterior: la relación entre Estructura y Superestructura.

La Estructura se fundamenta en la teoría del valor contra la ley de la caída de la cuota de beneficio. En cuanto a la Superestructura, bajo la teoría del valor y la caída de la cuota de beneficio, parecería que toda lucha política que no exprese una reivindicación de la lucha de clases será una ilusión.

La difusión de una filosofía (concepción del mundo) implica una actividad de orden estrictamente político, esto es, la lucha en las ilusiones, y así la nueva concepción del mundo asumirá formas supersticiosas y primitivas.

La filosofía de la praxis no separa la Estructura de la Superestructura. Concibe la ilusión como necesaria. Gramsci establece que la metáfora donde se explica a la Superestructura como ilusión y la Estructura como la realidad, es una metáfora zoológica porque la clasificación (anatómica) de animales no es a partir de sus rasgos físicos superficiales, sino de sus “verdades profundas”.

Comenzamos así a revisar la lectura correspondiente

Discusión del maquiavelismo


Santi di Tito, Maquiavelo
¿En qué consiste ser maquiavélico? En distinguir entre el orden ético y el político. Lo político no depende de lo moral, esto es, la política no está subordinada a la ética. Maquiavelo disocia las dos esferas: se debe en todo caso mantener separado lo ético de lo político. Maquiavelo defiende que estos postulados no ha sido inventado por él, que hay muchos antecedentes históricos. “Ser maquiavélico no es propio de de Maquiavelo”.

Gramsci se pregunta ¿para quién escribe Maquiavelo? A lo que responde: Maquiavelo escribe para las masas, podemos notarlo por el estilo de redacción que está empleado para hacer comprender conceptos de alta política a aquellos que pueden llegar a ser dirigentes. El lector ideal es la clase en ascenso, para que llegue al poder y lo conserve.

La separación entre ética y política no se reconoce explícitamente. Un político siempre afirmará que la ética dirige sus acciones. Se aplica, mas no se dice.

Maquiavelo es revolucionario porque predice que las clases que están surgiendo (burguesía emergente) se enfrentarán con el problema de cómo mantener el poder y propone que, para que esto se realice, hay que observar los sacrificios para que no sean excesivos.

A Maquiavelo y sus seguidores se les considera bajo la corriente del «realismo» político.
Maquiavelo no ha logrado que sus teorías se conviertan en sentido común y Gramsci propone como alternativa que lo que identifica Maquiavelo es la separación entre gobernantes (política) y gobernados (ética).

Subraya Gramsci que se considera una “aparición diabólica” porque identifica dónde está el problema: ¿cómo lograr que gobernantes y gobernados no se encuentren separados? La transformación de gobernados a gobernantes es lo que resuelve Maquiavelo, sólo hay que actualizarlo: entonces, el Príncipe es ahora el Partido político porque ahí está el modo de generar nuevos dirigentes y con la creación de estos, el partido será un conjunto estructurado y no la voluntad caprichosa de alguien.

Gramsci es, en este sentido preferente a las leyes virtuosas por sobre los individuos buenos, aristotélico. Con la voluntad de uno puede transformarse una estructura, para eso los nuevos dirigentes.

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